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Expuestos ante el mosquito

  • Foto del escritor: Franco Medina
    Franco Medina
  • 20 ene 2024
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 26 feb 2024






Contexto


En algunos veranos hay menos, en otros más, pero desde hace varios años el Aedes Aegypti y sus virus –Dengue, Zika y Chikungunya– están presentes en Argentina. Podría parecer que está casi normalizado, y sólo genera preocupación y ocupación cuando hay una epidemia.


El año pasado en Argentina se registró el peor brote de dengue de nuestra historia, con 139 mil casos y 68 muertes. Incluso en invierno también hubo presencia y reproducción del mosquito, época en la que generalmente no hay casos de dengue por las bajas temperaturas. Esta continuidad generó que las mayores abundancias del insecto vector se presenten en una época más temprana a las habituales. “El fenómeno del Niño hace que también existan más criaderos y más insectos, no se interrumpe su reproducción en invierno, por eso tenemos esta cantidad de casos hoy en día”, explica Marina Stein, bióloga especialista en mosquitos e investigadora del Conicet.


Para Mora González López Ledesma, viróloga del Instituto Leloir e investigadora del Conicet, además de las condiciones climáticas y sociales, que haya un nuevo serotipo de dengue circulando también puede ser un factor que influya en los aumentos de casos. “Si en las temporadas pasadas teníamos circulando mayoritariamente dengue 1 y después en otra temporada es desplazado por el dengue 2, entonces hay más probabilidad de que los individuos que ya se infectaron con el 1 ahora se infecten con el 2, y eso pueda generar mayor sintomatología o mayor cantidad de casos sintomáticos”.



Formosa


Está dentro de las regiones más propensas a tener mayores casos de dengue por sus condiciones climáticas y sociales. Al calor y la humedad hay que sumarle que es una de las provincias con menos acceso al agua potable, entonces la acumulación de agua de lluvia en distintos elementos se vuelve una necesidad básica.


El actual brote, además de exponer lo que viven hace años muchas personas en los hospitales y sanatorios, también deja en evidencia al gobierno provincial en su falta de acción, en su desinformación y en el discurso oficial disociado de la realidad.


Una persona que prefirió no ser identificada, el miércoles pasado acompañó a un pariente suyo que estaba muy enfermo a la guardia del Hospital Distrital 8, a las 1 de la tarde. Lo primero que uno ve al entrar a la sala de espera son personas con gestos de dolor o cansancio. Lo segundo, una puerta de madera con ventanas al lado que no dejan ver del otro lado. Lo tercero, un cartel pegado en la puerta que con énfasis dice: “Golpee y espere!!! Una sola vez. Lo cuarto y último, una enfermera que sale detrás de la puerta. Si uno se descompensa o su situación se agrava tiene que apelar a la buena voluntad del paciente de al lado para que avise al personal de salud.


A las 4 de la tarde, esta persona ve que en la sala y afuera del hospital –que también esperaban para ser atendidos– eran los mismos que hace 3 horas, sólo se habían movido para que no se les acalambrara el cuerpo. Cansado se acerca a la habitación cerrada a preguntar si los iban a atender.


-“Si si, estamos llamando”, le respondió casi de forma automática una de las dos enfermeras que estaba en ese momento.


-“No, no están llamando porque nosotros hace tres horas estamos y no llaman a nadie”, retrucó la persona.


-“Pasa que hay mucha gente”, insistió la mujer.


-“Lo que pasa es que no hay doctor, todavía no viene”, dijo la segunda enfermera casi al mismo tiempo que habló la primera.


Mientras esto ocurría una mujer con un paño en la cabeza que estaba hace más de tres horas esperando ser atendida, temblaba por el dolor y la fiebre.


“Los enfermeros no tienen la culpa, pero si la organización del hospital”, se encargó de aclarar el/la entrevistadx.


Pasaban las horas y el médico todavía no llegaba. La guardia empezó a tener movimiento porque muchos que estaban cansados de esperar se fueron. Los que se quedaban –más allá de comentarios sueltos– no se hablaban, pero después de tantas horas de cruzar miradas y compartir el sentimiento de impotencia y dolor, sentían que ya se conocían.


Recién los atendieron a las 8 de la noche cuando llegó el médico, y a las una y media de la mañana le entregaron los resultados del análisis. Doce horas y media en la guardia del hospital.


“Es triste la situación porque a mucha gente le afecta muy grave el dengue, quizás se mueren por no recibir una atención adecuada”, se lamentó el/la entrevistadx.


Otra persona que también pidió no ser identificada, el 26 de diciembre recorrió hospitales buscando cama para su mamá de 92 años que tenía síntomas de dengue y que venía de una inflamación urinaria. En un sanatorio le hicieron los análisis, el médico de guardia le dijo posible dengue y que vuelvan a su casa porque ahí tampoco tenían lugar y además podía contraer una bacteria hospitalaria. “Esa madrugada le bajaba mucho la presión a mi mamá, a eso de las 9 de la mañana se descompensó, la llevamos nuevamente al sanatorio y ahí ya entró a terapia. Después salieron a avisarnos que le agarró un paro y el segundo ya no lo aguantó. Los resultados los retiramos cuando la estábamos velando, salió positivo de dengue y una infección”, detalló el/la entrevistadx.


Aedes Aegypti


A diferencia de otros mosquitos no zumba, es silencioso. En 3 días puede poner hasta 700 huevos y transmite los virus de chikungunya, zika y dengue


Con respecto a este último, se propaga muy rápido y pueden generar o no sintomatología, la gran mayoría de los infecciones son asintomáticas, pero en el caso de tener síntomas la enfermedad tiene distinta severidad. Desde fiebre y dolor de cabeza, hasta dolores musculares, detrás de los ojos o incluso dengue grave, lo que antes se llamaba dengue hemorrágico. 


“No se conoce exactamente por qué en algunos individuos se producen síntomas y en otros no, lo que sí se sabe es que algunos de estos cuatro serotipos de dengue pueden causar mayor sintomatología que otros. Los mecanismos por lo cual cada uno genera enfermedad todavía no lo sabemos, tratamos de trabajar en eso en el laboratorio”, agrega la viróloga Mora González López Ledesma, que en conjunto con Andrea Gamarnik, el año pasado descubrieron las estrategias que utiliza el dengue para desactivar las defensas del cuerpo.


Mora agrega que lo que sí sabe es que si una persona ya tuvo esta enfermedad y se vuelve a infectar con el mismo serotipo, está protegido por un tiempo prolongado frente a ese serotipo. En el caso de una infección secundaria y con un tipo de dengue distinto al de la primera vez, puede ser una factor de riesgo para tener dengue hemorrágico.


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Prevención y Fumigación


En lo inmediato y cuando el virus ya está circulando las recomendaciones para prevenir son el uso de repelente, que por sus altos costos no todos pueden tener, el uso de ropa clara o mangas largas, mosquiteros y fumigación.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), recomiendan la fumigación solamente en época de epidemia y debe hacerse en el momento en que empiezan a detectarse los primeros casos, con un insecticida, además de una forma y metodología específicos. También es importante que el personal encargado tome precauciones al momento de hacerlo, por el cuidado de su salud y su seguridad.


“El objetivo de la fumigación es matar al insecto adulto, en especial a la hembra que es la que transmite el virus. El insecticida debe tocar al mosquito para que sea efectivo y lo derribe, porque no tiene poder residual, si queda sobre las paredes y el mosquito se posa no tiene efecto”, explica la bióloga Marina Stein. Además, agrega que si no se realizaron estas acciones y hay casos en toda la ciudad, es muy difícil que se pueda rociar todo ese perímetro, sobre todo porque el insecticida puede afectar a quienes son alérgicos o hasta a los animales domésticos.


En conjunto con esto, deben realizarse acciones sobre los criaderos. “No sirve fumigar parques o plazas, porque el Aedes Aegypti no está ahí, se encuentra en el interior de los domicilios. En este momento, con la gran cantidad de casos que tenemos la fumigación no es efectiva”, detalla Marina. 


Esto expone que la decisión de las autoridades de Formosa de hacer recorrer, cada cierto tiempo largo, una camioneta fumigando las calles es una medida ineficaz, o que los más desconfiados podrían tomarla como una propaganda política. Lo mismo ocurre con la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA), que “en un gesto para reflejar su compromiso local”, pusieron a disposición su flota de aviones para fumigar sobre la provincia, una medida que no sólo es peligrosa, sino que en este tipo de patologías no se hace fumigaciones aéreas.


Ambas entrevistadas coinciden en que la prevención debe realizarse durante todo el año y cuando ya hay casos significa una gran abundancia de Aedes Aegypti y es muy difícil bajar sus densidades. El control ya debe empezar en invierno, porque ahí hay huevos que no mueren con el frío, ni con la sequedad. Si se los elimina, en las temporadas con mayores temperaturas y precipitaciones habrá menos posibilidad de epidemia.


“Hay que educar a la población para que tome conocimiento y conciencia de lo que significa el dengue, en donde crece el mosquito, eliminar los reservorios, los síntomas y cómo protegerse del mosquito. Estas infecciones requieren mucho de la gente para poder limitarlas, es un trabajo en comunidad”, agrega Mora.



Vacunas


El 20 de diciembre pasado, el ministro de Desarrollo Humano de Formosa, Aníbal Gómez, en un diario de la provincia dijo: “La vacuna es muy nueva, no la recomienda la Organización Mundial de la Salud” y agregó que “según los datos que tienen no son ciento por ciento concluyente, además de que solo protege bien contra el dengue 1 y 2, contra el 3 y 4 no hay estudios”. También explicó que es “una vacuna que está en estudio” y que “sabe perfectamente bien que hay algunas complicaciones en algunas personas que se la aplicaron”. Una declaración en bandeja para los y las antivacunas.


El 2 de octubre de 2023 la OMS recomendó el uso de la vacuna llamada Takeda o Qdenga, fabricada por la farmacéutica japonesa Takeda. La aprobación por esta organización significa que la vacuna tiene eficacia en los estudios clínicos y seguridad


En lo que sí podría tener algo de razón Gómez, es acerca de la protección sobre los distintos serotipos de dengue. La científica finlandesa Hanna Nohynek, presidenta del grupo que asesora a la OMS en cuestiones de inmunización, dijo que a pesar de la recomendación de la OMS, la vacuna está recomendada para los tipos 1 y 2 (los más peligroso) del virus del dengue, pero que, en los dos otros tipos conocidos, el 3 y el 4, sigue habiendo “incertidumbre” sobre su eficacia. 


Con respecto a Argentina, el 26 de abril de 2023 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnologías Médicas (ANMAT), aprobó la Qdenga para todas las personas mayores de 4 años que hayan cursado o no previamente la enfermedad. Este organismo detalla que la vacuna se basa en el virus del dengue 2, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue. Su forma de administración son dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de tres meses.


Es importante resaltar que la vacuna no bloquea el virus, ni va terminar con el dengue, lo que previene es que se produzcan casos graves y de hospitalización, evita que el sistema de salud colapse. Lo más importante para la prevención es la eliminación de los criaderos. “Si nosotros decimos que hay que salir a vacunar masivamente, nos vamos a relajar y hay que recordar que el Aedes Aegypti no sólo transmite dengue, también Zika y Chikungunya, y para estos virus no hay vacunas”, explica Marina. Además agrega que una persona infectada tiene que esperar 6 meses aproximadamente para ser vacunada.



Final


En 2016, cuando el dengue fue declarado epidemia en Argentina, el gobierno de Formosa en la sexta semana epidemiológica, dejó de enviar sus estadísticas al Ministerio de Salud de la Nación “porque se dejaron de contabilizar los casos para poner el acento en la eliminación del mosquito que transmite la enfermedad”. Ocho años después la historia se repite, el gobierno también.


Una de las personas entrevistadas que prefirió no ser identificada quería denunciar lo que pasó porque describe como triste e indignante lo que vió, porque cree que hay médicos y enfermeros muy buenos, pero quedan opacados por el sistema. Porque defiende la salud pública, pero al menos en Formosa no está funcionando. Está indignado de que las personas de a pie tengan que esperar horas o meses para atenderse, mientras los que tienen privilegios siempre tienen cama, atención rápida y vip. Indignado de que en el hospital falten elementos básicos, de que el sistema de salud explote al personal haciéndolos trabajar 36 o 48 horas seguidas. 


“El formoseño se tiene que acostumbrar a reclamar, este es mi derecho”, relata con énfasis e indignación. 


Y continua: “Que la gente se anime a hablar, que no se acostumbren a aguantar cosas que son injustas porque este brote de dengue puede volver en cualquier momento”.


“Hay que reclamar por nuestros derechos. El gobierno dice que tiene el mejor sistema de salud del país, que lo demuestren”, cerró.



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